Archive for noviembre 2022

CARTA A MI NIÑA II «LA ALQUIMISTA»

noviembre 30, 2022

¡ Oh, mi niña! ¿ Ya te he dicho que eres alquimista? Cuando me hablas, derramo diamante líquido, y es de oro el pincel con el que expreso mis sentimientos más vívidos. ¿Lo ves? Mi niña, es un proceso alquímico…

Eres la fuente de mi juventud, el elixir que genera virtudes donde antes había vicio, la naturalidad hecha sonrisa de Luz que mata el artificio, la saeta que mueve mi pluma cuando ejerzo mi oficio.

Haces que mi tinta brille como mi sangre, en mí todo arde cuando haces brillantes mis ojos, esferas de gemas, y como antes me sonrojo y rompo las mundanas cadenas, que a mi ser la vergüenza refrena, para volar con las alas verdaderas que tú, poetisa y alquimista, en mi espalda creas, turquesa y violácea princesa malabarista.

¡ Mi niña! Claro que proyectas en mí un proceso alquímico, no podría se de otra manera, que cuando me hablas bajito se ilumina la buhardilla entera, en un sentido cíclico, de arcoíris y auroras boreales mezcla, unicornios de cristal de bohemia, ¡mi niña!, y de la Nada conviertes zafiros y esmeraldas para engarzar mis alas. ¡Oh, eres la heroína de esta Era!

Eduardo Ramírez Moyano

Foto: Internet

CARTA A MI NIÑA I

noviembre 11, 2022

¡Oh, mi niña y mi luz, mi día y mi noche eres tú! Ensanchas mi alma con tu existencia y dormito como infante junto a la vela, que es súmmum lo que por ti mi farolillo revela, surco océanos en vela, cruzo amazónicas junglas por verte a mi vera, cada vez que te pienso, el mundo se hace Primavera y los seres de cuatro patas por los cielos vuelan. Entonces, nos convertimos en dos dragones de la tinta, y flotamos entre nublos blancos, coloreando de tonos mil el aire encantador y fantástico que, advenedizo, se torna a ir, para emerger desde otro confín trayendo adelfas de rubí que cincelan en las nubes cisnes de marfil, para mayor decoro de nuestras largas alas de oro, y engalanadas también de plata, y entre corales de querubines sonrosados, somos bendecidos; aplaudidos y ovacionados, desde la madre Tierra, por los duendes y los hados…
Pensarás que es un sueño loco de esos de Otoño, mas aunque lo hayas olvidado, mi niña, tú sabes que hemos volado juntos a lo largo y ancho del firmamento de terciopelo en las noches estrelladas, sintiendo la brisa acariciarnos suavemente la cara; disfrutamos de juegos prohibidos más allá de Orión, y nos fusionamos en un sólo ser de fotones, meta conciencia y alma en la constelación de Casiopea con buen karma…

Eduardo Ramírez Moyano